¿Cómo saber si un lunar es benigno o maligno?

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Un lunar sospechoso suele superar los 6 milímetros de diámetro, pero el tamaño no es el único factor. La clave reside en su evolución: cambios en tamaño, forma, color, grosor o textura de un lunar preexistente requieren evaluación médica inmediata, pues podrían señalar malignidad.
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La piel te habla: ¿Cómo saber si un lunar es benigno o maligno?

Nuestra piel es un mapa de nuestra historia, y los lunares son pequeños sellos que la adornan. La mayoría son inofensivos, pero algunos pueden albergar un riesgo: el melanoma, un tipo de cáncer de piel agresivo.

Más allá del tamaño: claves para detectar un lunar sospechoso

A menudo se dice que un lunar mayor a 6 milímetros de diámetro es sospechoso, pero el tamaño no es la única señal. La clave reside en la evolución: cualquier cambio en un lunar preexistente, por mínimo que sea, debe alertarnos.

Presta atención a estos cambios:

  • Tamaño: Un lunar que aumenta de tamaño de forma repentina.
  • Forma: Irregularidades en los bordes, bordes difusos o formas asimétricas.
  • Color: Variaciones de color dentro del lunar, tonos oscuros o incluso coloraciones rojizas, azuladas o blanquecinas.
  • Grosor: Un lunar que se levanta más del nivel de la piel.
  • Textura: Superficie desigual, escamosa o con costras.
  • Sangrado o picazón: Si un lunar comienza a sangrar o picar sin razón aparente.

¡No te autodiagnostiques!

La autoevaluación es importante, pero no sustituye la evaluación médica. Si notas alguno de estos cambios, no dudes en acudir a un dermatólogo. Un diagnóstico profesional te permitirá determinar si el lunar es benigno o maligno, y en caso de ser necesario, recibir tratamiento oportuno.

Recuerda: La detección temprana del melanoma es clave para su tratamiento exitoso. Cuida tu piel, ¡es tu escudo!