¿Cómo se pone la piel cuando el hígado está mal?

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Un hígado enfermo puede manifestarse con piel y ojos amarillentos (ictericia), más difícil de percibir en pieles oscuras. Además, podría presentarse inflamación y dolor abdominal.
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Señales en la piel: ¿Tu hígado te está pidiendo ayuda?

El hígado, un órgano silencioso y trabajador, a menudo no presenta síntomas evidentes en las etapas iniciales de una enfermedad. Sin embargo, cuando la función hepática se ve comprometida, nuestra piel, actuando como un espejo interno, puede revelar pistas importantes. Uno de los signos más reconocibles es la ictericia, una coloración amarillenta de la piel y la esclerótica (la parte blanca de los ojos). Este cambio de color se produce por la acumulación de bilirrubina, un pigmento biliar que el hígado normalmente procesa y elimina. Cuando el hígado no funciona correctamente, la bilirrubina se acumula en la sangre y se deposita en los tejidos, dando lugar a ese tono amarillento característico.

Es importante destacar que la ictericia puede ser más difícil de detectar en personas con piel oscura. En estos casos, se recomienda prestar atención a la coloración amarillenta de las palmas de las manos, las plantas de los pies y la parte interna de los párpados inferiores. Un examen médico que incluya análisis de sangre es crucial para confirmar la presencia de ictericia y determinar su causa subyacente.

Más allá de la ictericia, existen otras manifestaciones cutáneas que podrían indicar un problema hepático. Aunque no son tan específicas como la ictericia, pueden ser señales de alerta que no debemos ignorar. Por ejemplo, algunas enfermedades hepáticas pueden causar picazón intensa (prurito), incluso sin erupciones visibles. Esto se debe a la acumulación de sales biliares en la piel. Asimismo, se pueden observar arañas vasculares, pequeñas dilataciones capilares en forma de araña, generalmente en la parte superior del cuerpo. La aparición repentina de múltiples arañas vasculares puede ser un indicio de enfermedad hepática crónica.

Además de las alteraciones en la piel, un hígado enfermo puede manifestarse con otros síntomas, como inflamación y dolor abdominal, especialmente en el cuadrante superior derecho, donde se ubica el hígado. También pueden presentarse náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y orina oscura.

Si bien estos signos cutáneos pueden sugerir un problema hepático, es fundamental recordar que no son diagnósticos en sí mismos. Ante la presencia de ictericia, prurito, arañas vasculares o cualquier otro síntoma que genere preocupación, es imprescindible consultar a un médico para una evaluación completa y un diagnóstico preciso. La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para prevenir complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades hepáticas. No automedique y busque atención médica profesional.