¿Cuáles son los 3 tipos de anorexia?
La anorexia se divide principalmente en dos subtipos: el restrictivo, basado en la limitación calórica y el ejercicio excesivo; y el purgativo/compulsivo, donde se combinan la restricción con atracones y conductas purgativas como vómitos o laxantes para controlar el peso. Una tercera categoría, menos frecuente y en ocasiones incluida en las anteriores, considera la gravedad del trastorno.
Más allá de las etiquetas: Entendiendo la complejidad de la anorexia
La anorexia nerviosa, un trastorno alimentario grave y complejo, se caracteriza por una restricción alimentaria extrema, un miedo intenso a ganar peso y una distorsión de la imagen corporal. Si bien tradicionalmente se ha clasificado en dos subtipos principales, es importante comprender que estas categorías son herramientas descriptivas y no encasillan la realidad individual y cambiante de cada persona que sufre este trastorno. Más que centrarnos en etiquetas rígidas, es crucial observar el espectro de comportamientos y la gravedad de la enfermedad para ofrecer un tratamiento personalizado y efectivo.
Hablar de “tipos” de anorexia puede simplificar en exceso un panorama complejo. Las clasificaciones tradicionales se centran en los métodos que la persona utiliza para controlar su peso, pero no abarcan la totalidad de la experiencia de la anorexia.
1. El subtipo restrictivo: Aquí, la persona limita severamente su ingesta calórica, a menudo siguiendo dietas extremadamente rigurosas y eliminando grupos enteros de alimentos. El ejercicio compulsivo, como una forma adicional de quemar calorías, también es frecuente en este subtipo. La obsesión por el control de la comida y el peso domina sus pensamientos y acciones.
2. El subtipo purgativo/compulsivo: Este subtipo se caracteriza por episodios de atracones, seguidos de conductas purgativas para compensar las calorías ingeridas. Estas conductas pueden incluir vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, diuréticos o enemas. La persona oscila entre la restricción y la pérdida de control, generando un ciclo dañino tanto física como emocionalmente. Es importante destacar que la presencia de atracones no implica necesariamente un mayor peso corporal.
3. La gravedad, más allá de los subtipos: En lugar de considerarla un tercer “tipo”, la gravedad de la anorexia es un factor crucial a tener en cuenta. Independientemente de si la persona se identifica más con el subtipo restrictivo o purgativo/compulsivo, la severidad del trastorno se evalúa a través del Índice de Masa Corporal (IMC), la presencia de complicaciones médicas y la intensidad de la psicopatología. Una persona con un IMC extremadamente bajo, independientemente de sus métodos de control de peso, se considera en un estado más grave y requiere una intervención más intensiva.
En definitiva, la anorexia es un trastorno multifacético y no debe reducirse a simples categorías. Si bien las clasificaciones tradicionales pueden ser útiles para la investigación y la comunicación, es fundamental adoptar una perspectiva individualizada y comprender que las conductas pueden variar a lo largo del tiempo. El objetivo principal debe ser abordar la raíz del problema, la distorsión de la imagen corporal y la obsesión por el peso, para lograr una recuperación completa y duradera. Buscar ayuda profesional especializada es el primer paso para romper el ciclo de la anorexia y recuperar una relación sana con la comida y el cuerpo.
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