¿Cuándo no aplicar calor?
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Evite el calor en heridas sangrantes durante las primeras 24 horas para prevenir un mayor sangrado. Asimismo, las zonas óseas prominentes son sensibles al calor y podrían sufrir quemaduras, por lo que también se debe evitar su aplicación en estas áreas.
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Cuando no aplicar calor
El calor puede ser un remedio efectivo para aliviar el dolor, la rigidez y la tensión muscular. Sin embargo, existen ciertas situaciones en las que el calor debe evitarse para prevenir efectos adversos.
Heridas sangrantes
- Aplicar calor a heridas sangrantes durante las primeras 24 horas puede agravar el sangrado. El calor dilata los vasos sanguíneos, lo que aumenta el flujo sanguíneo al área lesionada.
- Espera hasta que el sangrado haya cesado o se haya minimizado significativamente antes de aplicar calor.
Áreas óseas prominentes
- Las zonas óseas prominentes, como los codos, las rodillas y las espinillas, son vulnerables a las quemaduras por calor.
- La piel sobre los huesos es delgada y tiene poca grasa aislante, lo que la hace más propensa a lesiones por calor.
- Evita aplicar calor directamente a estas áreas o utiliza una almohadilla térmica con una configuración de calor baja y supervisa su uso de cerca.
Otras situaciones:
Además de las heridas sangrantes y las zonas óseas prominentes, también se debe evitar el calor en las siguientes situaciones:
- Inflamación aguda: El calor puede empeorar la inflamación en la fase aguda de una lesión o infección.
- Tromboflebitis: Aplicar calor a una vena trombosada puede provocar la separación del trombo y su desplazamiento hacia el pulmón, lo que constituye una complicación potencialmente mortal.
- Áreas anestesiadas: Las personas con sensación reducida o ausente pueden no percibir el calor y estar en riesgo de quemaduras.
- Problemas circulatorios: El calor puede aumentar el flujo sanguíneo y provocar hinchazón y dolor en personas con problemas circulatorios.
Recomendaciones:
- Si no estás seguro de si es seguro aplicar calor a un área lesionada, consulta con un profesional médico.
- Siempre comienza con una configuración de calor baja y aumenta gradualmente la temperatura según sea necesario.
- Supervisa el área tratada de cerca para detectar cualquier signo de enrojecimiento, dolor o hinchazón.
- Retira la fuente de calor inmediatamente si experimentas alguna molestia.
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