¿Qué hacer si te expusiste mucho al sol?

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Tras una exposición solar intensa, alivia la piel con compresas frías y una crema hidratante específica para quemaduras. Ingiere abundante agua para rehidratarte y evita la exposición solar adicional. Si aparecen ampollas, no las toques y consulta a un médico si el dolor es intenso o persisten los síntomas.

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El Sol también Muerde: Cómo Tratar una Exposición Solar Intensa

El verano, con sus días soleados y cálidos, nos invita a disfrutar al aire libre. Sin embargo, una exposición prolongada e intensa al sol puede tener consecuencias negativas para nuestra piel, desde una simple quemadura solar hasta problemas más graves a largo plazo. ¿Qué debemos hacer si hemos pasado demasiado tiempo bajo el sol y sentimos las consecuencias?

La clave está en actuar con rapidez y eficacia. Una exposición solar excesiva no es solo una cuestión de estética; se trata de la salud de nuestra piel, un órgano vital que nos protege de agentes externos. Ignorar los síntomas puede llevar a complicaciones como deshidratación, insolación o, en casos severos, daño celular permanente y un mayor riesgo de cáncer de piel.

Los primeros auxilios para una piel quemada por el sol:

Tras una intensa jornada solar, lo primero es aliviar el ardor y la inflamación. Aquí te proponemos una serie de pasos cruciales:

  • Enfría la piel: Aplica compresas frías o duchas de agua templada (no fría, ya que esto podría empeorar la situación) en las zonas afectadas. El frío ayuda a reducir la inflamación y a calmar el dolor. Evita el hielo directo sobre la piel, ya que puede provocar más daño.

  • Hidratación intensiva: La hidratación es fundamental, tanto interna como externa. Bebe abundante agua, zumos naturales o bebidas isotónicas para reponer los líquidos perdidos por la sudoración. Externamente, aplica una crema hidratante específica para quemaduras solares. Busca cremas con ingredientes calmantes como aloe vera, caléndula o pantenol. Evita las cremas con perfumes o alcohol, que pueden irritar la piel aún más.

  • Protege tu piel del sol: Después de una exposición intensa, la piel es extremadamente vulnerable. Evita el sol directo durante los días siguientes. Si es necesario salir, utiliza ropa protectora, sombrero y gafas de sol, y aplica un protector solar con un alto factor de protección (FPS 50 o superior) incluso en días nublados.

  • Observa las ampollas: La aparición de ampollas es un signo de quemadura solar grave. No las revientes. Las ampollas protegen la piel herida y su ruptura aumenta el riesgo de infección. Si aparecen ampollas, o si el dolor es intenso y persistente, consulta a un médico o farmacéutico.

  • Alimentos aliados: Incorpora a tu dieta alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras de colores vivos, que ayudan a reparar el daño celular.

Cuándo es necesario acudir al médico:

Aunque la mayoría de las quemaduras solares se curan en unos pocos días, hay situaciones que requieren atención médica inmediata:

  • Dolor intenso e insoportable.
  • Fiebre alta.
  • Ampollas extensas o que supuran.
  • Signos de infección (enrojecimiento, hinchazón, pus).
  • Mareos o desmayos.

Prevenir es siempre mejor que curar. Recuerda protegerte del sol adecuadamente utilizando protector solar, sombrero, gafas de sol y ropa adecuada, especialmente durante las horas centrales del día (de 12 a 16 horas). Disfruta del sol con responsabilidad y cuida tu piel para que te acompañe sana y radiante durante muchos años.