¿Qué medicamentos matan la Salmonella?

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Para tratar la Salmonella, se utilizan antibióticos como ciprofloxacino, azitromicina o ceftriaxona, administrados durante varios días. En niños, se suele emplear trimetoprima-sulfametoxazol. Pacientes con bacteriemia requieren un tratamiento más prolongado con antibióticos similares.
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Medicamentos para Combatir la Salmonella

La Salmonella es una bacteria que causa infecciones en el tracto intestinal, con síntomas como diarrea, náuseas, vómitos y fiebre. En casos graves, la infección puede propagarse al torrente sanguíneo, causando bacteriemia.

El tratamiento para la Salmonella generalmente implica antibióticos para eliminar la bacteria. Los antibióticos específicos utilizados dependen de la gravedad de la infección y de la sensibilidad de la bacteria específica.

Antibióticos de Uso Común

  • Ciprofloxacino: un antibiótico de amplio espectro efectivo contra la mayoría de las cepas de Salmonella.
  • Azitromicina: una alternativa al ciprofloxacino que se puede usar en pacientes con sensibilidad a las fluoroquinolonas.
  • Ceftriaxona: un antibiótico inyectable de amplio espectro que se utiliza para tratar la Salmonella bacteriémica.

Tratamiento en Niños

Para niños, el antibiótico de elección suele ser:

  • Trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMX): una combinación de antibióticos que es eficaz contra la Salmonella.

Tratamiento para la Bacteriemia

Los pacientes con bacteriemia por Salmonella requieren un tratamiento más prolongado con antibióticos, generalmente por vía intravenosa. Los antibióticos utilizados suelen ser similares a los utilizados para tratar la infección intestinal, como:

  • Ciprofloxacino
  • Ceftriaxona

Duración del Tratamiento

La duración del tratamiento con antibióticos varía según la gravedad de la infección. Para la infección intestinal, el tratamiento generalmente dura de 5 a 7 días. Para la bacteriemia, el tratamiento puede prolongarse hasta 10 a 14 días.

Nota: Es importante completar todo el curso del tratamiento con antibióticos, incluso si los síntomas mejoran, para asegurarse de que la infección se haya eliminado por completo. El uso inadecuado o la interrupción del tratamiento con antibióticos puede conducir al desarrollo de resistencia a los antimicrobianos.