¿Qué pasa si eyaculo fuera y la vuelvo a meter?

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La eyaculación externa cercana a la vagina permite que algunos espermatozoides alcancen el interior, aumentando la probabilidad de embarazo. Si bien no es infalible, la retirada es un método anticonceptivo más eficaz que la ausencia de protección.

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El mito de la retirada: ¿Qué pasa si eyaculo fuera y la vuelvo a meter?

La creencia de que eyacular fuera de la vagina y luego volver a penetrar sin protección elimina el riesgo de embarazo es un peligroso mito. Si bien es cierto que eyacular completamente fuera reduce las probabilidades de embarazo en comparación con la eyaculación dentro de la vagina, no es un método anticonceptivo fiable. La práctica, comúnmente conocida como “coitus interruptus” o “marcha atrás”, conlleva un riesgo significativo de embarazo no deseado.

El problema radica en varios factores. En primer lugar, el líquido preseminal, liberado antes de la eyaculación, puede contener espermatozoides. Aunque la cantidad suele ser menor que en el semen, es suficiente para causar un embarazo. Si este líquido entra en contacto con la vulva o se introduce posteriormente con el pene, la probabilidad de embarazo aumenta considerablemente.

En segundo lugar, el control de la eyaculación no siempre es perfecto. La excitación, la inexperiencia o simplemente un error de cálculo pueden provocar una eyaculación cercana a la abertura vaginal, o incluso una eyaculación parcial dentro. En estas circunstancias, incluso una pequeña cantidad de semen puede ser suficiente para fecundar un óvulo. El acto de “volver a meter” después de una eyaculación externa, incluso si se ha limpiado el pene, no garantiza la eliminación de todos los espermatozoides, ya que algunos pueden quedar en la base del pene o en el vello púbico.

Si bien es cierto que la retirada es estadísticamente más efectiva que no utilizar ningún método anticonceptivo, su tasa de fallo es alta. Según estudios, aproximadamente 22 de cada 100 mujeres que utilizan la retirada como método anticonceptivo quedarán embarazadas en un año. Esto se traduce en una efectividad del 78%, considerablemente inferior a otros métodos anticonceptivos como las pastillas anticonceptivas, el DIU o los preservativos, que ofrecen una protección mucho mayor contra el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Es crucial entender que la retirada no protege contra las ETS. El contacto genital, incluso sin eyaculación, puede transmitir infecciones como el VIH, la clamidia o la gonorrea.

En resumen, la idea de que eyacular fuera y volver a penetrar es segura es un mito peligroso que puede tener consecuencias no deseadas. Para una protección eficaz contra el embarazo y las ETS, es fundamental utilizar métodos anticonceptivos confiables y hablar con un profesional de la salud para determinar cuál es la mejor opción para cada persona. La planificación familiar responsable implica informarse y tomar decisiones conscientes para proteger la salud sexual y reproductiva.