¿Qué pasa si me corto y no dejo de sangrar?
Ante una herida que no deja de sangrar, la prioridad es buscar ayuda. Informa de inmediato a un adulto responsable, como tus padres o un médico. Aplica presión firme sobre la herida con un paño limpio y estéril. Si la sangre satura el paño, añade otro encima sin quitar el primero para evitar interrumpir la coagulación.
¿Qué hacer si una herida no para de sangrar? Una guía para actuar con rapidez y eficacia
Un corte, por pequeño que parezca, puede convertirse en una situación de emergencia si el sangrado es abundante o persistente. La incapacidad para detener una hemorragia puede derivar en complicaciones graves, incluso potencialmente mortales, dependiendo de la localización y severidad de la herida. Por lo tanto, saber cómo actuar es crucial. Este artículo no pretende sustituir el consejo médico profesional, sino proporcionar una guía inicial para afrontar una situación de este tipo.
Reconociendo la gravedad:
No todo sangrado requiere una visita inmediata al servicio de urgencias. Un pequeño corte superficial suele detenerse por sí solo en pocos minutos con una leve presión. Sin embargo, debemos estar alerta a las siguientes señales que indican la necesidad de atención médica urgente:
- Sangrado abundante y continuo: Si la sangre fluye en forma de chorro o empapa rápidamente varias gasas o compresas, se trata de una hemorragia importante.
- Sangrado que no se detiene tras 10-15 minutos de presión directa: Aun con una presión firme y sostenida, la hemorragia persiste.
- Sangrado acompañado de otros síntomas: Mareos, debilidad, sudoración excesiva, dificultad para respirar o pérdida de conocimiento son señales de alarma que requieren atención inmediata.
- Herida profunda, lacerada o con objeto incrustado: Heridas que exponen hueso, tendones o articulaciones, o aquellas con un objeto extraño clavado, demandan atención médica especializada.
- Sangrado en una zona arterial: Las arterias transportan sangre oxigenada del corazón al resto del cuerpo, y el sangrado arterial suele ser de color rojo brillante y sale a pulsaciones. Este tipo de hemorragia requiere atención inmediata.
- Ubicación de la herida: Heridas en la cabeza, cuello o ingle son particularmente preocupantes debido a la proximidad a vasos sanguíneos importantes.
Primeros auxilios: Pasos a seguir:
Si te encuentras ante una herida que no deja de sangrar, sigue estos pasos:
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Mantén la calma: El pánico empeora la situación. Respira profundamente y sigue las instrucciones con calma.
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Llama a emergencias o busca ayuda médica inmediata: Informa a un adulto responsable, como tus padres, un maestro o llama al número de emergencias de tu país. Describe la situación con claridad.
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Aplica presión directa: Cubre la herida con un paño limpio y estéril (si es posible). Aplica presión firme y constante sobre la herida, directamente sobre el punto de sangrado, durante al menos 10-15 minutos sin interrupción. Si el paño se satura de sangre, añade otro encima sin retirar el primero. Esto evita la interrupción del proceso de coagulación y la remoción del coágulo que se está formando.
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Eleva la extremidad afectada (si es posible): Elevar la zona por encima del nivel del corazón ayuda a reducir el flujo sanguíneo.
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No retires ningún objeto incrustado: Si un objeto está clavado en la herida, no lo retires. Esto podría causar más daño y aumentar el sangrado. Inmoviliza el objeto y cubre la zona alrededor.
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Monitoriza las constantes vitales: Observa si la persona presenta signos de shock (piel fría y húmeda, pulso débil y rápido, respiración superficial).
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Sigue las instrucciones del personal médico: Una vez que llega la ayuda profesional, sigue atentamente sus instrucciones.
Recuerda: Esta información es solo una guía. La atención médica profesional es fundamental para detener una hemorragia significativa y prevenir complicaciones. La rapidez en la respuesta es crucial para evitar riesgos para la salud.
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