¿Qué pasa si se toma mucha agua de mar?

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Ingerir agua de mar deshidrata. Al absorberla, el cuerpo recibe un exceso de sal que los riñones intentan eliminar por la orina, requiriendo más agua de la que se ingirió para diluirla y expulsarla, provocando así deshidratación.

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El Peligro Oculto en Cada Ola: ¿Qué le Sucede a tu Cuerpo si Bebes Agua de Mar?

El mar, esa inmensa extensión azul que nos atrae y fascina, esconde también un peligro sutil: su agua. En situaciones extremas de supervivencia, la sed puede empujar a algunos a considerar la posibilidad de beber agua de mar. Sin embargo, lo que parece una solución rápida, puede convertirse en un grave problema de salud. Olvida las imágenes de marineros sedientos sobreviviendo gracias al océano; la realidad es mucho más compleja y, a menudo, fatal.

La clave del peligro radica en la alta concentración de sales presentes en el agua marina. Nuestro cuerpo está diseñado para funcionar con un equilibrio preciso de electrolitos, y el agua de mar altera drásticamente este balance. ¿Por qué? La respuesta es la deshidratación paradoxal que provoca.

Imaginemos que te encuentras varado en alta mar, sin agua potable a la vista. La tentación de beber agua de mar es inmensa. Sin embargo, al hacerlo, estás introduciendo una enorme cantidad de sal en tu organismo. Esta avalancha de sodio desencadena un proceso crítico: tus riñones, los principales filtros de tu cuerpo, entran en acción.

Su tarea es eliminar el exceso de sal a través de la orina. Para lograrlo, necesitan diluir esa sal concentrada. ¿De dónde obtienen esa agua para diluir? De tus propias reservas internas, de la hidratación presente en tus células y tejidos. En esencia, tu cuerpo está utilizando más agua de la que has ingerido al beber el agua de mar para poder eliminarla correctamente. Este proceso genera un déficit hídrico significativo, exacerbando la deshidratación que intentabas evitar.

Piensa en ello como intentar apagar un fuego con gasolina. El agua de mar, en lugar de hidratarte, te deshidrata aún más rápido y de forma más agresiva.

Pero los efectos negativos no se detienen ahí. La deshidratación severa causada por la ingestión de agua de mar puede llevar a:

  • Disminución del volumen sanguíneo: Lo que dificulta la circulación y el transporte de oxígeno a los órganos vitales.
  • Daño renal: El trabajo excesivo de los riñones para filtrar la sal puede causarles daño permanente.
  • Alteraciones neurológicas: La deshidratación afecta al cerebro, pudiendo causar confusión, mareos, e incluso pérdida de consciencia.
  • Hipernatremia: Un nivel peligrosamente alto de sodio en la sangre, que puede provocar convulsiones y coma.
  • Fallos orgánicos: En casos extremos, la deshidratación severa puede llevar al fallo de múltiples órganos, poniendo en peligro la vida.

En resumen, beber agua de mar es una estrategia contraproducente en cualquier situación de supervivencia. La deshidratación que provoca es mucho más rápida y grave que la sed inicial.

¿Qué hacer entonces en una situación de supervivencia en el mar?

La prioridad es encontrar fuentes de agua potable. Buscar agua de lluvia, condensación o incluso recolectar rocío. Si esto no es posible, racionar cuidadosamente las reservas de agua dulce que se tengan. En última instancia, la mejor defensa contra la sed en el mar es la prevención: prepararse con suficiente agua potable antes de cualquier travesía. Recordemos que el mar, bello y poderoso, esconde un peligro que solo la precaución y el conocimiento pueden ayudarnos a evitar.