¿Cómo se llamaba cuando todos los continentes estaban juntos?

Pangea: Cuando el Mundo Era Uno Solo

Imaginen un mundo radicalmente diferente al que conocemos. Un mundo sin océanos que separan vastos territorios, sin la fragmentación geográfica que define las fronteras y culturas modernas. Un mundo donde se podía, literalmente, caminar desde la actual Europa hasta América del Sur. Ese mundo existió, y se llamaba Pangea.

La idea de que los continentes que hoy vemos separados alguna vez estuvieron unidos no es una fantasía. Es una realidad científica respaldada por una gran cantidad de evidencia geológica y paleontológica. Las líneas de costa que encajan como piezas de un rompecabezas gigante, la presencia de fósiles idénticos en continentes separados por miles de kilómetros, y la continuidad de cadenas montañosas son solo algunas de las pruebas que llevaron a la formulación de la teoría de la deriva continental, que culminó en la comprensión de la existencia de Pangea.

Pero, ¿qué significaba Pangea para la vida en la Tierra? Imaginen la biodiversidad concentrada en una única masa terrestre. Las especies podían migrar libremente a través de enormes extensiones, adaptándose a diversos nichos ecológicos sin las barreras oceánicas que hoy limitan su distribución. Los climas, por supuesto, eran radicalmente diferentes. El interior de Pangea probablemente era un desierto vasto y árido, mientras que las costas experimentaban climas más moderados.

Pangea, cuyo nombre significa “toda la Tierra” en griego, no era un ente estático. Su formación y posterior fragmentación son parte de un ciclo continuo en la historia geológica de nuestro planeta, impulsado por las fuerzas tectónicas que moldean la superficie terrestre. Se formó gradualmente durante el Paleozoico, alcanzando su máxima extensión hace aproximadamente 250 millones de años, y comenzó a fracturarse durante el Mesozoico, dando origen a los continentes que conocemos hoy.

Entender Pangea no es solo conocer un hecho curioso sobre el pasado de la Tierra, sino comprender las fuerzas dinámicas que continúan moldeando nuestro planeta y que, en última instancia, influyen en el clima, la distribución de las especies y hasta en nuestra propia existencia. Pangea es un recordatorio de la constante evolución y cambio que caracterizan a nuestro hogar, un planeta en perpetuo movimiento. Es una lección de humildad que nos enseña que el mundo que conocemos hoy es solo una instantánea en la larga y fascinante historia de la Tierra.