¿Qué me puedo echar en una ampolla reventada?

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Para tratar una ampolla reventada, lava la zona con agua y jabón, aplica un antiséptico y, con una aguja limpia, drena suavemente el líquido. Luego, cubre con un apósito limpio para evitar infecciones.
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¿Qué hacer con una ampolla reventada?

Las ampollas son un problema común, especialmente en los pies, las manos y los dedos, y pueden ser bastante dolorosas, sobre todo cuando se revientan. Si te ha pasado esto, es importante saber cómo tratar la herida correctamente para evitar infecciones y acelerar la curación.

Aquí te explicamos qué hacer con una ampolla reventada:

1. Limpieza y desinfección:

  • Lava la zona con agua y jabón: Utiliza agua tibia y jabón suave para limpiar la ampolla reventada y la piel circundante.
  • Aplica un antiséptico: Una vez seca la zona, aplica un antiséptico como alcohol o yodo para prevenir infecciones.

2. Drenaje del líquido:

  • Utiliza una aguja limpia: Si la ampolla está llena de líquido, es posible que quieras drenarlo. Para hacerlo, utiliza una aguja estéril o una aguja de coser que hayas esterilizado con alcohol.
  • Drena suavemente: Inserta la aguja en un lado de la ampolla y presiona suavemente la zona para que el líquido salga. Evita apretar demasiado para no dañar la piel.

3. Curación y protección:

  • Cubre con un apósito limpio: Una vez drenada la ampolla, aplica una crema antibiótica para prevenir infecciones. Luego, cubre la zona con un apósito limpio y seco.
  • Cambia el apósito regularmente: Es importante cambiar el apósito diariamente o cuando se ensucie o humedezca.
  • Evita el contacto con agua: Mientras la ampolla se cura, evita mojar la zona.

Consejos adicionales:

  • No quites la piel de la ampolla: Dejar la piel de la ampolla intacta ayuda a proteger la herida y a evitar infecciones.
  • Evita tocar la zona con las manos: Esto puede introducir bacterias en la herida.
  • Mantén la zona limpia y seca: Esto ayuda a prevenir infecciones.
  • Consulta a un médico si la ampolla es grande, profunda o muestra signos de infección (como enrojecimiento, hinchazón o pus).

Recuerda que estas son pautas generales. Si tienes dudas o si la ampolla te preocupa, consulta con un médico o un profesional de la salud.