¿Cuánto dura el pico de ansiedad por separación?

3 ver

El pico de intensidad de la ansiedad por separación se presenta alrededor de los 15 meses, aunque empieza cerca de los 9 meses. Generalmente desaparece antes de los tres años. La duración e intensidad varían según el temperamento del niño y la respuesta de los padres.

Comentarios 0 gustos

El Pico de Ansiedad por Separación: Un Momento Crucial en el Desarrollo Infantil

La ansiedad por separación, esa angustia que experimentan los pequeños al separarse de sus figuras de apego, es una etapa normal y esperada en el desarrollo infantil. Sin embargo, entender su cronología y magnitud es crucial para padres y cuidadores, permitiéndoles abordar esta fase con mayor serenidad y eficacia. Contrario a la creencia popular, no se trata de una simple “pataleta”, sino de una respuesta evolutiva compleja que refleja el fortalecimiento del vínculo afectivo.

El pico de intensidad de la ansiedad por separación suele aparecer alrededor de los 15 meses de edad, aunque sus primeros indicios se manifiestan generalmente a partir de los 9 meses. En esta fase, el niño comienza a desarrollar una mayor conciencia de sí mismo y de la permanencia de los objetos, comprendiendo que las personas pueden desaparecer de su vista. Esta comprensión, aunque fundamental para el desarrollo cognitivo, genera una angustia comprensible al experimentar la ausencia de sus padres o cuidadores principales.

Es importante destacar que no existe una fórmula mágica que determine la duración exacta de este periodo. Mientras que la mayoría de los niños superan la fase más intensa antes de cumplir los tres años, la experiencia es individual y profundamente influenciada por dos factores interrelacionados:

  • El temperamento del niño: Algunos niños son naturalmente más temperamentales o sensibles que otros. Un niño con una predisposición a la ansiedad puede experimentar la separación con mayor intensidad y por un periodo más prolongado. Reconozcamos que la timidez o la reactividad innata del niño influirán en su respuesta.

  • La respuesta de los padres/cuidadores: La manera en que los padres o cuidadores gestionan la separación juega un papel fundamental. Una despedida apresurada y sin consuelo, o una excesiva ansiedad por parte de los padres, puede intensificar la angustia del niño. Por el contrario, una despedida tranquila, con explicaciones sencillas y adecuadas a la edad, y un retorno predecible y reconfortante, ayuda a mitigar la ansiedad. La consistencia y seguridad transmitidas por los cuidadores son clave.

Es fundamental recordar que la ansiedad por separación es una etapa evolutiva normal y transitoria. Mientras que la intensidad de la angustia puede ser significativa para el niño y para la familia, es vital mantener la calma y ofrecer seguridad. En lugar de reprimir las emociones del niño, es importante validar sus sentimientos, proporcionándole consuelo y un ambiente estable y predecible. Ante la duda o ante casos de ansiedad extrema y persistente que interfieran con el desarrollo del niño, consultar con un profesional de la salud mental infantil es siempre recomendable. La clave reside en la comprensión, la paciencia y el apoyo adecuado para superar esta etapa crucial en el desarrollo emocional del niño.